Barrios más frescos: ciencia vecinal contra el calor extremo
En Hermosillo, WRI México impulsa un movimiento de ciencia participativa que transforma conocimiento ciudadano en acción para construir comunidades más resilientes, informadas y preparadas ante el calor extremo.
El calor extremo se ha convertido en uno de los principales desafíos para las ciudades, que en muchos casos carecen de la infraestructura, las políticas y los instrumentos de planeación necesarios para enfrentarlo. Por ello, es fundamental impulsar, junto con las comunidades y las personas tomadoras de decisiones, soluciones sostenibles que mejoren la calidad de vida y contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático.
La información de alta resolución sobre confort térmico es crucial, pero se requiere complementar con un enfoque a nivel personal que permita plantear soluciones alineadas al contexto barrial. Como respuesta a estos desafíos, en WRI México estamos impulsando un ejercicio de ciencia participativa para abordar el calor extremo en comunidades locales de Hermosillo, Sonora, tomando como base el conocimiento y la experiencia de sus habitantes para impulsar una adaptación climática efectiva.
Para ello, un grupo de 11 personas voluntarias —en su mayoría mujeres y personas con mayor vulnerabilidad ante el calor extremo— de los barrios de La Metalera, El Ranchito, Bella Vista y Las Amapolas, recopilaron información durante una semana al mes, entre julio y octubre de 2025, sobre cómo experimentan el calor en sus actividades cotidianas y qué estrategias implementan para mitigarlo.
El análisis preliminar de los datos permitió identificar que no todas las personas enfrentan las mismas condiciones ni cuentan con los mismos recursos para protegerse ante el calor extremo. Además, se observó cómo las personas modifican sus patrones de movilidad y horarios, así como las soluciones que ya aplican para enfrentar estos escenarios.
A partir de los resultados del análisis y mediante talleres comunitarios, se codiseñará una solución de adaptación climática al calor extremo en un espacio público priorizado por la comunidad. Este proyecto demuestra que la adaptación climática efectiva se construye con y desde la comunidad, poniendo en valor su conocimiento y experiencia.