En la Cumbre de la Tierra de Río de 1992, en Brasil, las naciones del mundo acordaron, como parte de los Principios Forestales, aportar recursos financieros para los esfuerzos de conservación en países en desarrollo con extensas áreas boscosas. Sin embargo, durante más de tres décadas la comunidad internacional ha tenido dificultades (y en gran medida, ha fracasado) para cumplir ese compromiso, especialmente con las naciones en desarrollo que cuentan con selvas tropicales.

Estos bosques tropicales albergan a la mayor parte de la biodiversidad del planeta, desempeñan un papel crucial en la lucha contra el cambio climático y son fundamentales para los medios de vida de las personas. Entre 2002 y 2022, según datos de Global Forest Watch, las selvas tropicales húmedas primarias del mundo se redujeron en un 8 %, perdiendo una superficie equivalente a casi el tamaño de Pakistán. Esta magnitud de pérdida ha continuado sin tregua, salvo en unos pocos países clave de selva tropical como Brasil e Indonesia.

El desafío básico sigue siendo de simple economía: talar y despejar bosques naturales para obtener madera y destinar tierras a la agricultura suele ser más rentable que mantener los árboles en pie.

Las prácticas comerciales convencionales no están diseñadas para valorar y recompensar de forma tangible la conservación de los bosques ni su biodiversidad y servicios ecosistémicos. Sumada a la constante demanda mundial de productos básicos, a subsidios perjudiciales en muchos países y a prácticas de gobernanza forestal débiles y/o corruptas, esta dinámica ha degradado y destruido cada vez más las selvas tropicales de la Tierra.

Tala ilegal y deforestación
Según datos de Global Forest Watch, entre 2002 y 2022 las selvas tropicales húmedas primarias del mundo se redujeron en un 8 %. Foto: PARALAXIS/Shutterstock.

Un posible avance: el Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF)

Brasil vuelve a desempeñar un papel fundamental, liderando el desarrollo de un nuevo mecanismo innovador de financiamiento forestal que podría ofrecer un avance y cambiar la ecuación económica a favor de la conservación. El Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (en inglés: Tropical Forest Forever Facility, o TFFF), que se lanzó oficialmente el 6 de noviembre, está diseñado como un modelo de “pago por desempeño” que utiliza estándares y sistemas acordados de monitoreo satelital para recompensar a los países con selvas tropicales con una fuente continua de financiamiento mientras conserven sus bosques.

Si bien otros mecanismos de conservación forestal como REDD+ y los mercados de carbono se enfocan en recompensar reducciones de emisiones, el TFFF adopta un enfoque diferente. Su objetivo es pagar directamente a los países con bosques tropicales por cada hectárea de bosque en pie que mantengan, con pagos decrecientes en función de cualquier deforestación o degradación forestal relacionada con incendios.

Con el liderazgo de Brasil, el impulso de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año (COP30) que se celebra en la Amazonía y con nuevas tecnologías eficaces de monitoreo satelital, el TFFF podría finalmente convertir la conservación de los bosques en una inversión que beneficie a los países, a los inversionistas y al planeta.

Tras varios años de trabajo técnico y diplomático, Brasil publicó en octubre de 2025 la última versión de la Nota Conceptual del TFFF. Semanas antes, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció en la Asamblea General de la ONU que Brasil realizaría la primera inversión de 1.000 millones de dólares en el mecanismo, que se espera alcance finalmente los 125.000 millones de dólares. Pocas semanas después, Indonesia anunció que también contribuiría al mecanismo, comprometiendo 1.000 millones de dólares justo días antes del inicio de la COP30. Ese mismo día, Noruega anunció asimismo una promesa de 3.000 millones de dólares. El éxito del TFFF depende ahora de que otras naciones, así como inversionistas del sector privado, lo conviertan en realidad en la COP30 y más allá.

Bosques Tropicales para Siempre es un fondo innovador diseñado para recompensar a los países por mantener sus bosques en pie.
Bosques Tropicales para Siempre es un fondo innovador diseñado para recompensar a los países por mantener sus bosques en pie. Foto: Teo Tarras/Shutterstock.

¿Cómo se financiará exactamente el TFFF?

A diferencia de la mayor parte de la asistencia internacional previa para conservar las selvas tropicales, el TFFF no se financiará con subvenciones de donantes. Una vez que el mecanismo alcance su objetivo de 125.000 millones de dólares (o, probablemente en el corto plazo, una suma menor), será el mayor mecanismo de “financiamiento combinado” (blended finance) de su tipo, diseñado para pagar anualmente a los países elegibles con bosques tropicales participantes por mantener sus tasas de deforestación por debajo del 0,5 % anual, según lo medido por estándares y sistemas geoespaciales acordados.

El TFFF tomará prestada una base de capital inicial (con una meta de 25.000 millones de dólares) de los países tradicionalmente “donantes” y de otras naciones en posición de invertir, como Brasil y China, y potencialmente también de fundaciones filantrópicas. Estos “patrocinadores” proporcionarían préstamos a 40 años (el capital del mecanismo) u otras modalidades de inversión comparables, a una tasa de interés similar al rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos (el bono a 30 años está actualmente por debajo del 5 %) y serían los primeros en asumir cualquier pérdida, en lo que se conoce como una posición subordinada en la estructura de deuda.

Este arreglo crea una red de seguridad que permite al fondo captar 100.000 millones de dólares adicionales de inversionistas privados, corporativos y filantrópicos. Los 125.000 millones combinados se invertirían luego en renta fija de mercados emergentes y otros bonos soberanos y corporativos (excluyendo combustibles fósiles y otros sectores ambientalmente destructivos), que generarían un mayor rendimiento.

Se espera que el rendimiento genere finalmente entre 3.000 y 4.000 millones de dólares al año, suficiente para realizar pagos de aproximadamente 4 dólares por hectárea de bosque conservado a los países elegibles que mantengan tasas de deforestación por debajo del 0,5 % a largo plazo (incluso en el corto plazo, con una suma muy inferior a 125.000 millones de dólares, los pagos generados seguirían siendo significativos).

La estructura de gobernanza del TFFF se divide entre: el Fondo de Inversión en Bosques Tropicales (TFIF, por sus siglas en inglés), administrado por el Banco Mundial bajo una estructura de gobernanza separada que gestionaría el fondo de inversión y determinaría la disponibilidad de fondos para pagos forestales; y el propio TFFF, que coordinaría el monitoreo y los informes, y distribuiría los pagos forestales a los países.

Cómo funciona el TFFF

¿A dónde iría el dinero?

La propuesta actual del TFFF incluye 74 países en desarrollo listados por la ONU que, en conjunto, albergan más de 1.000 millones de hectáreas de bosques tropicales y subtropicales húmedos de hoja ancha.

El TFFF no está diseñado para financiar a los países con el fin de reducir sus tasas de deforestación. Más bien, está pensado para recompensar a aquellos que ya tienen tasas relativamente bajas de deforestación, brindando un incentivo financiero para mantener en pie sus selvas tropicales y evitar una mayor deforestación. No obstante, si tiene éxito, el Fondo servirá como estímulo para que países con tasas de deforestación actualmente altas califiquen para unirse al esquema. Un buen resultado sería que países como Bolivia, con una de las tasas de deforestación más altas del mundo, pudieran calificar para financiamiento del TFFF en los próximos años. La estructura actual generaría flujos significativos de financiamiento hacia algunos de los países forestales más pobres del mundo, incluidos los de la Cuenca del Congo en África.

Países con bosques tropicales elegibles para pagos del TFFF

El TFFF incluye varias características innovadoras centradas en el destino de los recursos. La primera es que permite a los países asignar los pagos del TFFF como mejor lo consideren a sus políticas y programas nacionales que, directa o indirectamente, contribuyan a la conservación de los bosques tropicales y subtropicales y a su uso sostenible. Fundamentalmente, el TFFF exige que los países divulguen el uso de los fondos para garantizar la transparencia y permitir el escrutinio y la retroalimentación pública.

Otra característica notable y positiva es una disposición que exige que el 20 % de los pagos se destine a pueblos indígenas y comunidades locales involucrados en la conservación de selvas tropicales en países elegibles. Esto podría convertirse en la mayor fuente única de financiamiento internacional para pueblos indígenas y comunidades locales, con frecuencia en la primera línea de la conservación. Este financiamiento podría ayudar a estas comunidades a proteger sus derechos, asegurar la tenencia de la tierra, combatir la minería ilegal y la criminalidad, y desarrollar medios de vida alternativos sostenibles que no dependan de despejar áreas de bosque.

También es significativo porque el TFFF es la única fuente de financiamiento de este tipo a la que, en algunos casos, los pueblos indígenas y las comunidades locales podrían acceder directamente, una disposición que han solicitado reiteradamente y que les otorgaría poder de decisión sobre el uso de los fondos.

Los pagos del TFFF podrían ayudar a proteger los derechos de las comunidades indígenas
Los pagos del TFFF podrían ayudar a proteger los derechos de las comunidades indígenas y a impulsar medios de vida alternativos sostenibles que no dependan de despejar áreas de bosque. Foto: Dekaro/iStock

¿Cómo se monitorearán los bosques?

El TFFF solo puede tener éxito si se sustenta en un monitoreo forestal creíble, transparente y operativo que dependa de datos satelitales. Esto requiere métodos y datos producidos de manera que puedan verificarse, aplicarse de forma consistente en el tiempo y compararse entre países. Deben establecerse desde el inicio estándares técnicos sólidos y de aplicación universal, no solo para garantizar la credibilidad, sino también para generar la confianza de los inversionistas que atraerá el capital temprano necesario para escalar.

Un principio central del TFFF es que se espera que las naciones participantes utilicen sus propios sistemas nacionales de monitoreo forestal, siempre que estos cumplan criterios establecidos de calidad y transparencia. Para los países que no cuenten con un sistema nacional que califique, se podrá utilizar un sistema de terceros conforme, como Global Forest Watch (gestionado por WRI) o la plataforma de bosques tropicales del Centro Común de Investigación (JRC, Joint Research Centre) de la Unión Europea . Dada esta diversidad de enfoques de monitoreo, será primordial establecer estándares y definiciones metodológicas comunes acordadas en todos los sistemas.

El TFFF también propone una definición forestal fija aplicable a todos los países participantes, creando una base común sobre cómo se miden y valoran los bosques. Al fijar un umbral de densidad de copa del 20 % al 30 %, una altura mínima de árboles de 5 metros y excluir las plantaciones, esta definición establece una base técnica sólida para mediciones consistentes y comparables.

¿Qué falta aún para lanzar el TFFF?

En primer lugar, los patrocinadores deben seguir el ejemplo de Brasil e Indonesia y comprometer aportes para el tramo inicial esperado de 25.000 millones de dólares de capital subordinado. Si no se realizan compromisos adicionales de patrocinadores en la COP30, el TFFF podría perder impulso en 2026, lo que llevaría a los inversionistas del sector privado a dudar de la viabilidad del modelo.

Por lo tanto, es de vital importancia que las naciones industrializadas sin selvas tropicales realicen un compromiso financiero significativo con esta idea audaz y ambiciosa. Está en juego el ámbito global: si se pierden las selvas tropicales, los costos de adaptación derivados de los impactos climáticos resultantes superarían con creces estas inversiones. Para las naciones ricas, invertir en el TFFF no es solo una cuestión de justicia y responsabilidad, sino también de interés económico propio. Las selvas tropicales son, además de activos soberanos nacionales, un bien público global, cuya protección es una responsabilidad universal.

La Junta del Banco Mundial ha aceptado administrar los fondos como fiduciario y anfitrión interino del TFFF y formalizó los arreglos iniciales en su reunión de octubre de 2025, lo que debería enviar una fuerte señal de confianza tanto a los patrocinadores como al sector privado. Pero el Banco Mundial tendrá que actuar con rapidez para establecer el TFIF a fin de mantener el impulso y avanzar hacia una fase operativa del mecanismo.

Una vez que todo esto esté en su lugar, una prioridad clave será elaborar el manual de operaciones que regirá el funcionamiento del TFFF, incluido el trabajo sobre algunos de los temas técnicos más complejos. Estos incluyen:

Degradación y “fuga” (leakage)

No toda la pérdida de bosque se debe a la deforestación. La degradación forestal, que desempeña un papel importante en la pérdida de carbono y el deterioro de los ecosistemas (y que a menudo ocurre a escalas espaciales más pequeñas), también puede producirse.

Actualmente, el TFFF propone considerar únicamente las áreas dañadas por incendios (utilizando las cicatrices de quemas como indicador) como señales de degradación, reduciendo posteriormente los pagos mediante una tasa de descuento de 1:35. Pero otros factores de degradación, como la tala selectiva, la construcción de carreteras, la minería y algunos efectos de borde, pueden detectarse mediante datos satelitales de 30 metros o 10 metros. Incluir tanto la degradación por incendios como la no relacionada con incendios reforzaría la integridad del sistema y garantizaría que los pagos reflejen las condiciones reales del bosque.

La “fuga” de deforestación (leakage) es otro tema espinoso: el TFFF se centra en bosques tropicales y subtropicales de hoja ancha, los más importantes del mundo tanto para la biodiversidad como para el cambio climático. Sin embargo, existe la preocupación de que esto pueda trasladar la deforestación a otros biomas no cubiertos por el TFFF (el Cerrado de Brasil y los bosques de miombo del África meridional son buenos ejemplos) sin que haya advertencias ni medidas punitivas. El TFFF busca abordar esto exigiendo a los países participantes que monitoreen e informen los cambios de cobertura forestal en áreas forestales no TFFF, donde aumentos significativos de la deforestación podrían activar un escrutinio adicional y posibles retenciones de pagos. Aunque es una buena solución conceptual, su implementación podría ser compleja, entre otras razones, por las dificultades asociadas al monitoreo de la deforestación en paisajes forestales más secos o dispersos. Se necesitará más trabajo para asegurar que el TFFF no simplemente desplace, en lugar de prevenir, la pérdida de bosques.

Consideración para los pueblos indígenas y las comunidades locales

También será fundamental mantener un proceso sólido de consulta con la sociedad civil y las comunidades indígenas a medida que el TFFF, en particular su manual de operaciones, se desarrolle y avance hacia la implementación. Gran parte de la sociedad civil apoya el TFFF y sus esfuerzos por involucrar a los pueblos indígenas y a las comunidades locales; mientras que algunos siguen siendo críticos y cautos. No existe un consenso formal sobre el TFFF entre las diversas organizaciones de pueblos indígenas en las selvas tropicales del mundo. Por ello, el diálogo continuo, la consulta y el consentimiento libre, previo e informado serán cruciales en los próximos años.

Una vivienda a orillas del río Guamá, en Belém (Brasil)
Una vivienda a orillas del río Guamá, en Belém (Brasil), donde se celebrará la COP30. El TFFF exigirá que el 20% de los pagos a los países que mantengan tasas de deforestación por debajo del 0,5% se destine a los pueblos indígenas y las comunidades locales. Foto: RudiErnst/Shutterstock

Desarrollo de un sistema geoespacial mundial acordado de monitoreo

Por último, la credibilidad y la longevidad del TFFF también dependerán de la calidad y la fiabilidad de los sistemas de monitoreo geoespacial que se utilicen como base para las decisiones sobre elegibilidad, superficie de bosque en pie y tasas de deforestación. Solo en la última década ha surgido un monitoreo satelital creíble y asequible de la cobertura forestal. Y no existen convenios ni tratados internacionales que designen estándares o sistemas oficiales de monitoreo satelital.

Al desarrollar sus estándares de monitoreo, el TFFF debería considerar:

  • Afinar sus estándares de medición alineando la unidad mínima estándar de mapeo con la resolución de píxel de los archivos de datos satelitales gratuitos existentes (30 metros o 10 metros) para brindar una imagen más precisa de la dinámica forestal. Utilizar una unidad de mapeo más fina, en lugar de la unidad mínima propuesta de 1 hectárea, también permitiría un monitoreo más eficaz de eventos de degradación forestal como la tala y la construcción de carreteras asociadas.
  • Garantizar que los sistemas de monitoreo que sustentan los cálculos de pago del TFFF proporcionen datos abiertos y verificables de forma independiente, empleen métodos que generen datos transparentes y reproducibles, y validen regularmente los resultados usando buenas prácticas y directrices internacionales de reporte.
  • Finalmente, la gobernanza será fundamental para ayudar a garantizar que las decisiones técnicas sigan basándose en la evidencia. El manual de operaciones del TFFF codificará las reglas y los procedimientos detallados para el monitoreo, por lo que su elaboración debería incluir oportunidades estructuradas para la participación de expertos y partes interesadas.

En resumen, existe un camino claro: estándares técnicos sólidos, monitoreo robusto de la degradación, validación, datos abiertos y gobernanza compartida. La tecnología está lista. Lo que se necesita ahora es el acuerdo colectivo para ponerla en práctica.

La contribución crítica del TFFF al desafío forestal global

En resumen, el TFFF podría hacer una contribución potencialmente crítica para abordar los desafíos forestales del mundo, estrechamente vinculados a las crisis de biodiversidad y clima que enfrentamos. Pero como han señalado los propios promotores del TFFF, no es una panacea. También se necesitarán otras formas de financiamiento y, por supuesto, hay muchas otras dimensiones para abordar la pérdida de selvas tropicales, incluida la gobernanza, la legalidad, la regulación y los cambios en la demanda y el consumo.

El TFFF también enfrenta intrínsecamente riesgos en un mundo volátil donde el futuro de las economías y los mercados no puede predecirse. Es una idea audaz en un momento de volatilidad e inestabilidad. Pero después de más de 30 años de conservación forestal y de compromisos y arreglos de financiamiento forestal que aún no han revertido la tendencia, el TFFF presenta una idea ambiciosa proveniente de un gran país de selva tropical que tiene un potencial real para lograr un impacto transformador en la conservación de los bosques tropicales.

Por lo tanto, es un imperativo global urgente que la comunidad internacional contribuya generosamente a su éxito, comenzando en la COP30, en el corazón de la selva amazónica, una selva tropical que, como otras, sustenta de manera profunda el bienestar futuro de la humanidad.

 

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en WRI.org