Reporta Global Forest Watch máximos en pérdida de cobertura forestal desde 2001
México es el decimoséptimo país que más cobertura forestal perdió en 2018, con 267 mil 731 hectáreas, el tercer registro más alto de la década
Cada año, el Global Forest Watch (GFW) del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), publica información sobre cambios en la cobertura forestal, indicando cuántos bosques se pierden en todo el mundo. Estos datos son recolectados a través de satélites y analizados por la Universidad de Maryland. En mayo de este año se publicaron los resultados de 2018, lo que permitió hacer un análisis del cambio de cobertura forestal de 2001 a 2018.
A pesar de los esfuerzos para reducir la deforestación, la pérdida de cobertura forestal en los trópicos ha aumentado constantemente en la ultima década. El cambio de uso de suelo, hacia la agricultura y la tala para otros usos, continúan impulsando la deforestación a gran escala, aunque los eventos climáticos extremos, como los incendios y los huracanes, juegan un papel cada vez más importante, dado que el cambio climático los hace más frecuentes y severos.
De acuerdo con datos de GFW, en 2018 se perdieron más de 24.7 millones de hectáreas de cobertura forestal, aproximadamente el área de Gran Bretaña. Esto, en conjunto con los últimos tres años, representa la mayor pérdida desde 2001. De éstas, casi la mitad, cerca de 12 millones de hectáreas, se perdieron en los trópicos, el cuarto registro de pérdida más elevado en el mismo periodo.
Después de una meceta entre 2005 y 2011, la tendencia en años recientes ha sido ascendente.
Los cinco países que acumulan la mayor cantidad de hectáreas perdidas son Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos y la República Democrática del Congo, pues en agregado acumulan 14 millones de hectáreas de cobertura forestal perdida, o 57 por ciento del total de las hectáreas perdidas en 2018. Dentro de las fronteras de estos países, que encabezan la lista de los de mayor tamaño, con excepción del Congo, está aproximadamente el 54 por ciento de la cobertura forestal del mundo.
Con una superficie de 2 millones 344 mil 858 kilómetros cuadrados, el Congo es al menos tres veces más pequeño que los demás países de la lista.
El caso de México
México es considerado un país megadiverso, pues alberga un porcentaje importante de la biodiversidad total del planeta; cerca de una tercera parte de su territorio está cubierto por bosques y selvas.
De acuerdo con datos de GFW, México es el decimoséptimo país que más cobertura forestal perdió en 2018, con 267 mil 731 hectáreas, el tercer registro más alto de la década y el cuarto desde 2001.
El promedio anual de pérdida de cobertura forestal para el período 2016-2018 fue de 281 mil hectáreas, casi 100 mil hectáreas más que el promedio anual del período 2010-2015.
La pérdida de 267 mil hectáreas representa el 0.5 por ciento de la cobertura forestal del País en el año 2000. En un comparativo internacional de pérdida relativa de cobertura, México se encuentra en el centro de la distribución, por debajo de la media.
Entre 181 países, México se encuentra aproximadamente en el promedio.
Los cuatro estados con mayor pérdida de cobertura—Chiapas, Campeche, Oaxaca y Veracruz—acumulan más de la mitad de la pérdida a nivel nacional en 2018. Chiapas fue el estado con mayor pérdida de cobertura forestal, con 54 mil 339 hectáreas, lo que es equivalente al 20 por ciento de la pérdida total nacional.
Todos los estados por encima del promedio nacional se encuentran en el sur y sureste del País.
En México, las principales causas de degradación forestal y pérdida de cobertura vegetal son la sobreexplotación y la tala ilegal, la presión demográfica, los incendios forestales, la ganadería en zonas forestales, las plagas y la expansión de la frontera agrícola. Los principales retos del sector forestal son la inseguridad de la tenencia de la tierra, sobreexplotación y falta de planes de manejo del recurso forestal, falta de gobernanza en ejidos y comunidades en temas de producción forestal comercial, y de un marco institucional y legal, lo que no facilita ni promueve la producción forestal sustentable.
Los estados con mayor pérdida de cobertura también encabezan la lista de entidades con menor Índice de Desarrollo Humano (IDH), con excepción de Campeche. Cerca del 80 por ciento de los bosques y las selvas mexicanas se encuentran bajo régimen de propiedad comunal, lo que vincula a las poblaciones de estos núcleos directamente con los recursos forestales nacionales, y abre la oportunidad de generar sinergias entre el desarrollo social y la sustentabilidad, a través de prácticas como la silvicultura, la agroforestería y el manejo forestal.
Entre los diez estados con mayor cobertura forestal en México, los del sur y sureste tienden a una mayor pérdida proporcional.
En la Cumbre del Clima de París en 2015, México se comprometió voluntariamente y de manera no condicionada a alcanzar una tasa neta de deforestación cero para 2030, además de ser parte del Desafío de Bonn, un esfuerzo global para restaurar 150 millones de hectáreas de bosques para 2020, y 350 millones de hectáreas para 2030. El País cuenta con instrumentos de política pública para alcanzar estas metas, tales como el Programa Nacional Forestal y la Estrategia Nacional para la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (ENAREDD+). Sin embargo, es fundamental aumentar la coordinación intersecretarial, orientando las políticas hacia un objetivo común que permita la convergencia de las agendas ambiental y de desarrollo, con una visión integrada del manejo sustentable del territorio y observancia a salvaguardas sociales y ambientales.
El programa Bosques, de WRI México, busca generar condiciones implementadoras para la restauración y la prevención del cambio de la cobertura vegetal desde dos frentes: el alineamiento de las políticas públicas con los objetivos de conservación y restauración, y el incremento del involucramiento de la iniciativa privada en la agenda verde. En conjunto con actores locales y gobierno, el programa Bosques, de WRI México, implementa un piloto de monitoreo de cambio de la cobertura vegetal en la Selva Lacandona, para impulsar la acción temprana y el diseño de políticas públicas basadas en datos. La meta a mediano plazo es escalar este proyecto a nivel nacional, para construir un atlas forestal que muestre los cambios a tiempo casi real. Asimismo, en conjunto con Brasil e India, está desarrollándose una tipología de restauración productiva en los tres países, con el objetivo de canalizar financiamiento hacia esas actividades.