En México, el transporte público enfrenta un desafío monumental. Durante décadas, el sistema ha operado bajo un modelo de concesiones individuales con escasa regulación, lo que ha resultado en servicios deficientes, inseguros y, en muchos casos, altamente contaminantes. Sin embargo, estamos en un momento crucial en el que es necesario repensar y reconstruir cómo se gestiona y opera el transporte público en nuestras ciudades. 

Con esto en mente, surge una iniciativa innovadora y ambiciosa: la Comunidad de Práctica para la Mejora e Integración del Transporte Público en México, la cual se enmarca en el proyecto "Transición hacia un Sistema Integrado e Inteligente de Transporte Público en México (TranSIT)" de la Cooperación Técnica Alemana (GIZ).  

El objetivo de este proyecto es promover la transformación del transporte público en México mediante la creación de espacios de intercambio de experiencias y conocimientos entre autoridades de movilidad de diversas ciudades y estados. A través de este enfoque colaborativo, se busca facilitar la réplica de buenas prácticas en todo el país, impulsando mejoras en la gestión y sostenibilidad del transporte público. 

 

La idea detrás de esta Comunidad de Práctica es simple pero poderosa: reunir a autoridades y especialistas comprometidos en el ámbito del transporte público para compartir experiencias, aprender unos de otros y replicar las mejores prácticas. La visión es clara: un transporte público inclusivo, eficiente y seguro, operado por empresas profesionalizadas bajo una estricta regulación, que sea capaz de ofrecer servicios de calidad a la ciudadanía. 

 

El proyecto no se queda en la teoría. Desde su inicio en noviembre de 2023, y con una duración prevista hasta febrero de 2026, esta comunidad planea realizar seis encuentros nacionales y cuatro foros virtuales. Estos espacios servirán no solo para discutir y compartir, sino también para trazar hojas de ruta concretas que guíen la implementación de mejoras en el transporte público a nivel local. 

 

Uno de los aspectos más interesantes del proyecto es su enfoque práctico. No se trata sólo de hablar de soluciones, sino de ponerlas en marcha. A lo largo de la duración del proyecto, se trabajará en la réplica y adaptación de hasta ocho proyectos demostrativos TranSIT, que ya se implementa en distintas ciudades del país. Cada uno de estos proyectos será un ejemplo vivo de cómo las buenas prácticas pueden transformar la realidad del transporte público en México. 

 

Este proceso se desarrollará a través de la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM), que jugará un papel clave facilitando estos espacios de diálogo e intercambio. En cada encuentro de la Asociación, se utilizarán metodologías de aprendizaje activo para garantizar que las ideas no solo se discutan, sino que se comprendan y se apliquen. Además, los foros virtuales permitirán que un público más amplio participe en estas discusiones, aumentando el impacto del proyecto. 

 

El proyecto cuenta con el respaldo de la Cooperación Técnica Alemana (GIZ México), a través del proyecto TranSIT, financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ). Este apoyo internacional no solo valida la importancia del proyecto, sino que también asegura los recursos necesarios para su implementación exitosa. 

 

Estamos sumando esfuerzos para que el transporte público no solo sea una opción viable, sino la opción preferida por su calidad, eficiencia y seguridad. Este es el futuro que buscamos construir, un paso a la vez, replicando y adaptando lo que ya ha funcionado en otras partes del país. 

 

Para quienes deseen seguir de cerca esta iniciativa, ya está disponible la grabación del primer seminario web de la Comunidad de Práctica, donde se presentaron los primeros proyectos y buenas prácticas para la mejora del transporte público y se compartieron lecciones aprendidas e ideas inspiradoras.  

Si quieres saber más puedes ponerte en contacto con Angélica Mazorra Obando, quien coordina esta comunidad con pasión y dedicación. El futuro del transporte público en México depende de proyectos como este, y cada aporte cuenta.