Las ciudades están en la primera línea frente a los impactos del cambio climático. Albergan a la mayor parte de la población mundial y de la actividad económica y generan la mayoría de las emisiones globales. Sin embargo, también son centros de innovación e implementación, lo que los sitúa en el centro de los esfuerzos para enfrentar la crisis climática y acelerar la transición hacia una economía resiliente y baja en carbono. Sin embargo, cuando se habla de acción climática, gran parte de la atención se concentra en el papel de los Gobiernos nacionales, mientras que el rol esencial de la colaboración entre Gobiernos municipales, regionales y nacionales suele pasar desapercibido.

Desde el transporte y la vivienda hasta la energía y los residuos, lo que ocurre en las ciudades puede impulsar o frustrar las metas climáticas nacionales de un país.

Reconociendo el papel central de la gobernanza multinivel en la acción climática, la presidencia de la COP28 lanzó en diciembre de 2023 la Coalición para las Asociaciones Multinivel de Gran Ambición para la Acción por el Clima, o CHAMP. La iniciativa, creada en alianza con Bloomberg Philanthropies y con el apoyo de WRI y otros actores gubernamentales, académicos y de la sociedad civil, busca fortalecer la colaboración entre Gobiernos nacionales y subnacionales en la planificación e implementación de metas climáticas.

A la fecha, Colombia y otros 77 países, que en conjunto representan el 34 % de la población mundial, el 58 % del producto interno bruto (PIB) global y el 36 % de las emisiones globales, se han unido a CHAMP.

En septiembre de 2025, Colombia presentó su contribución determinada a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) actualizada ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El país se comprometió a limitar sus emisiones para 2035 a entre 155 y 161 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente. El plan también hace un llamado a una coordinación más sólida entre los niveles nacional y subnacional para garantizar una acción climática efectiva que permita avanzar hacia las metas nacionales. Esta NDC traza la ruta de Colombia hacia la neutralidad de carbono para 2050, según lo establecido en su estrategia climática de largo plazo E2050.

¿Pero cómo se traducen estos compromisos en acciones concretas?

Desde que Colombia respaldó la iniciativa CHAMP, WRI ha brindado asistencia técnica a los gobiernos nacionales y locales para convertir la colaboración multinivel en una realidad. A nivel nacional, WRI Colombia ha trabajado con el Gobierno para involucrar a los actores subnacionales en la actualización de la NDC 2025 e identificar brechas en la implementación de medidas urbanas. A nivel municipal, ha apoyado a los Gobiernos locales en la revisión de sus planes, la identificación de proyectos que impulsen tanto las metas climáticas nacionales como las locales, y la priorización de aquellos que sean de alto impacto y viables.

En ciudades como Cali, Valledupar y Montería, varios proyectos de corto plazo ya están impulsando prioridades locales y contribuyendo a implementar la NDC y la E2050 de Colombia sobre el terreno.

Iniciativa de techos solares en edificios públicos de Cali

La matriz eléctrica de Colombia es una de las más limpias del mundo: casi el 75 % proviene de fuentes renovables, principalmente hidroeléctricas. Sin embargo, el país aún depende de combustibles fósiles, principalmente carbón y gas, para cubrir parte de su demanda eléctrica. En Cali, por ejemplo, los datos más recientes de 2021 muestran que alrededor del 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la ciudad provienen de la electricidad utilizada en hogares, comercios y edificios públicos.

Para reducir emisiones y disminuir el uso de combustibles fósiles, el Gobierno de Cali está poniendo en marcha un proyecto ambicioso para convertir los techos de edificios públicos seleccionados en plantas solares interconectadas. Estas instalaciones generarán electricidad local y libre de carbono para abastecer escuelas, centros de salud y servicios municipales, además de crear nuevos empleos en el sector energético.

Al producir electricidad localmente y almacenar parte de ella en baterías, la ciudad puede reducir su dependencia de la energía basada en combustibles fósiles proveniente de la red nacional y aumentar su resiliencia frente a fluctuaciones en el suministro energético. Esto es especialmente importante en Colombia, donde la generación hidroeléctrica es vulnerable a los cambios en los patrones de lluvia provocados por el cambio climático.

Paneles en edificio público en Cali
Paneles fotovoltaicos en un edificio público de Cali. Foto: Alcaldía de Cali.

Ecoparque del Río Guatapurí, en Valledupar

Colombia es vulnerable al cambio climático. Su ubicación en el trópico, combinada con los pronunciados paisajes andinos y el acceso tanto al Caribe como al Pacífico, hace que el país sea susceptible a lluvias extremas, deslizamientos, inundaciones y afectaciones costeras. Los altos niveles de pobreza y desigualdad aumentan aún más los riesgos asociados a estos peligros climáticos.

Ciudades como Valledupar ya enfrentan temperaturas crecientes y mayores riesgos de inundación, lo que plantea importantes desafíos para la resiliencia urbana. Integrar la adaptación al cambio climático en la planificación urbana es, por lo tanto, esencial para proteger vidas, medios de subsistencia y ecosistemas. La E2050 y la NDC de Colombia identifican las ciudades-región sostenibles con desarrollo integrado y gestión eficiente de recursos y del clima como una vía hacia un futuro resiliente y bajo en carbono.

Valledupar está llevando esta visión a la práctica a lo largo del río Guatapurí, que nace en la Sierra Nevada de Santa Marta, una zona donde las lluvias se han vuelto más impredecibles y donde el aumento de las temperaturas está acelerando el deshielo glaciar.

La ciudad planea construir un parque ecoambiental lineal a lo largo de la ribera oriental del río para proteger una zona en riesgo de inundación, al tiempo que fomenta caminar y andar en bicicleta, impulsa el turismo de naturaleza y aumenta los corredores verdes. Además de proteger la ribera, el proyecto busca mejorar la calidad del aire, reducir el efecto de isla de calor urbana, fortalecer la salud pública y limitar la expansión urbana y los asentamientos informales expuestos al clima.

Simulación de un área del Parque Lineal del río Guatapurí
Simulación de un área del Parque Lineal del río Guatapurí. Imagen: Alcaldía de Valledupar.

Jardín Botánico de Montería

La gestión de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos son fundamentales para construir resiliencia climática y garantizar el bienestar de las personas, según la E2050 de Colombia. El Gobierno de Montería está aplicando esta visión al transformar una antigua zona de lagunas de tratamiento de aguas residuales, ubicada en un área que enfrenta riesgos de inundación futuros, en un oasis verde con un jardín botánico metropolitano.

El proyecto creará un espacio para la recreación y la educación ambiental, además de establecer una zona verde permeable donde la biodiversidad pueda prosperar.

Proyecto del Parque Botánico Las Lagunas en Montería
Proyecto preliminar del “Parque Botánico Las Lagunas”. Imagen: Alcaldía de Montería.

De las metas nacionales a la acción local

Los proyectos liderados por las ciudades de Cali, Valledupar y Montería ayudan a traducir la NDC y la estrategia de largo plazo de Colombia en acciones tangibles. Demuestran cómo las iniciativas locales pueden apoyar las metas nacionales de reducción de emisiones mientras mejoran la calidad de vida, fortalecen la resiliencia y protegen la naturaleza.

Sin embargo, avanzar en la colaboración multinivel no está exento de desafíos. El análisis de WRI Colombia identificó obstáculos clave que enfrentan los gobiernos subnacionales al implementar medidas climáticas.

A nivel local, el apoyo político es fundamental para integrar la acción climática en las prioridades locales, como los planes de desarrollo de cuatro años, porque ayuda a generar impulso, movilizar recursos y sostener proyectos de largo plazo.

A las ciudades les cuesta encontrar incentivos claros, especialmente financieros, para incluir acciones relacionadas con la NDC en sus planes locales, lo que hace que un apoyo nacional más fuerte sea crucial.

La brecha de conocimiento técnico para planificar e implementar proyectos climáticos sigue siendo un desafío, especialmente en municipios más pequeños.

En colaboración con WRI Colombia, el Gobierno nacional coorganiza el Comité Estratégico sobre “Ciudades y Cambio Climático en Colombia”, un foro semestral que reúne a ciudades, ONG y autoridades nacionales para discutir la acción climática. El comité impulsa la colaboración multinivel al identificar proyectos en marcha, sinergias y al facilitar la coordinación entre gobiernos y actores clave.

En 2024, los Gobiernos subnacionales pudieron discutir estos desafíos en el foro con el Gobierno nacional, que está tomando medidas en múltiples frentes para crear un entorno propicio para que ciudades y departamentos avancen en acción climática. Un ejemplo es el Corredor de Financiamiento Climático de Colombia, una plataforma liderada por el Departamento Nacional de Planeación que conecta proyectos climáticos con financiadores y ofrece apoyo técnico.

Fortalecer la colaboración entre los gobiernos nacionales y subnacionales, como lo promueve la iniciativa CHAMP, es fundamental para superar estas barreras y escalar proyectos climáticos locales que apoyen la transición hacia una economía resiliente y baja en carbono.