
Jóvenes transforman más de 10 mil m² de espacio público en Cali y Palmira con Vivo Mi Calle
Con la participación activa de más de 150 adolescentes, la iniciativa Vivo Mi Calle revitalizó más de 10.800 metros cuadrados de espacio público del Parque de la Paz en Cali y el Polideportivo Caimitos en Palmira, mejorando significativamente el uso saludable, la seguridad y el sentido de pertenencia en comunidades vulnerables.
Esta estrategia, liderada por WRI Colombia, Despacio y el Centro de Valor Público de la Universidad EAFIT, con el apoyo de la Fondation Botnar y Ecorys, y en alianza con las alcaldías de Cali y Palmira, ha permitido que jóvenes lideren procesos de transformación urbana a través de metodologías de urbanismo participativo, movilización comunitaria, formación en liderazgo e incidencia política.
“Es la oportunidad que tienen los jóvenes de participar en la política y que los jóvenes, más allá de teorías y metodologías, lo que quieren es incidir, participar. No quieren más discursos, quieren realmente activarse en sus territorios”, expresó Valeria Malatesta, consejera municipal de juventud de Palmira, al referirse al impacto de la iniciativa.
Entre los principales logros, se destaca que la revitalización del Parque de la Paz en Cali y el Polideportivo Caimitos en Palmira, aumentó su uso en un 32,5%. Además, más de 1.200 personas participaron en sesiones de diseño participativo, activaciones territoriales y espacios de diálogo con instituciones públicas.

“Se transformaron espacios públicos que hoy en día pueden ser utilizados de manera mucho más segura por niñas, niños y jóvenes. La idea es que esta metodología pueda seguir replicándose en otros espacios de la ciudad, en política pública y en planificación territorial para seguir incidiendo en las ciudades”, afirmó Valeria Hurtado, asesora de la Dirección Ejecutiva de WRI Colombia.
La iniciativa —que nació en 2019— ha demostrado cómo el involucramiento juvenil puede generar impactos tangibles tanto en infraestructura como en los procesos de gobernanza urbana.
“En Vivo Mi Calle fomentamos el uso saludable del espacio público para los jóvenes y sus comunidades a través de cuatro líneas de acción: liderazgo, urbanismo participativo, incidencia política y movilización comunitaria, fortaleciendo la equidad de género, la seguridad y la actividad física”, explicó María Paula Lancheros, coordinadora general del proyecto.
Más allá de las obras físicas, Vivo Mi Calle ha generado un cambio significativo en la forma como los adolescentes se relacionan con su entorno urbano y con las instituciones. Un 66,7% de los participantes manifestó haber mejorado su comprensión sobre qué hace a una ciudad saludable y cómo pueden contribuir desde su realidad local. Además, el 61% reportó sentirse con mayor confianza para hablar en público e influir en la transformación de sus territorios.
Entre los datos destacados del proyecto se encuentran:
- 10.805 m² de espacio público revitalizado entre Cali y Palmira.
- 106 sesiones de formación en liderazgo realizadas.
- 70 adolescentes completaron el programa de liderazgo.
- Más de 1.200 personas participaron en procesos de diseño, formación en liderazgo y diálogo institucional.
- El 50% de los y las adolescentes percibió una mayor receptividad de autoridades y comunidades hacia sus ideas.
- El 42,9% de los adolescentes participó en foros o reuniones públicas fuera del proyecto, un paso clave hacia una ciudadanía activa.
- Se firmaron cinco memorandos de entendimiento con instituciones públicas.
- El proyecto contó con la colaboración de siete entidades públicas, tres aliados del sector privado y seis organizaciones comunitarias.
Encuentro Nacional de Aprendizaje
Los resultados y aprendizajes de esta experiencia fueron presentados en el Encuentro Nacional de Aprendizaje de Vivo Mi Calle, realizado en Cali el pasado 14 de junio, con la presencia de jóvenes participantes, representantes de las organizaciones aliadas y autoridades locales.
Vivo Mi Calle demuestra que, cuando se abren espacios reales de participación para la juventud, se construyen ciudades más equitativas, inclusivas y saludables desde la base. Con estos logros, se espera que la metodología pueda seguir replicándose en otros territorios del país.
