Sinopsis

En México, la construcción del entorno urbano ha estado dominado por criterios carreteros que priorizan la eficiencia vehicular y de velocidades. Es crucial cambiar el paradigma de la calle como un medio de flujos, hacia la calle como el espacio público que es eje central de la vida urbana, y espacio de la construcción y del ejercicio de la ciudadanía. Entender la calle como espacio donde también hay vías ciclistas, banquetas, plazas públicas y arbolado lleva a considerarla como un elemento integrador para el acceso a bienes y servicios, y que permite la movilidad a nivel local y regional. De esta manera, contar con entornos urbanos caminables favorece la accesibilidad a los equipamientos y a la ciudad.