Las ciudades y los estados han apuntado más alto y se han movido más rápido en acción climática que los gobiernos nacionales.

La razón es sencilla: para los líderes y lideresas locales, los problemas y soluciones climáticas importan porque sus comunidades se ven directamente afectadas. El calor extremo, las inundaciones y la contaminación del aire empeoran la vida de las personas. Un aire más limpio, transporte público conveniente y acceso a parques y a la naturaleza la mejoran.

Las ciudades también están en la raíz del cambio climático. Ya albergan a la mayoría de la población mundial y generan el 75 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Para 2050, habrá 2.500 millones de habitantes urbanos adicionales en el mundo.

Muchas ciudades están liderando el camino de lo que puede ser una acción climática efectiva, con zonas de aire limpio en Londres; buses eléctricos en lugares como Santiago de Chile y Bogotá, Colombia; y más de un millón de árboles plantados en Freetown, Sierra Leona.

Sin embargo, a pesar de esto, los líderes y lideresas locales han estado ausentes durante mucho tiempo de las grandes conversaciones climáticas del mundo.

Desde que se celebró por primera vez hace tres décadas, la cumbre climática anual de la ONU (conocida como la “Conferencia de las Partes” o “COP”) ha sido una negociación entre Estados Nación. Las ciudades, estados y regiones tienen algo de voz en el proceso a través del Grupo de Gobiernos Locales y Autoridades Municipales, pero sin una influencia real. Los liderazgos locales llevan años reclamando un papel más relevante.

En la COP30 en Belém, Brasil, quizá hayan logrado un gran avance, con una ruta clara para impulsar una acción climática más sensible a las realidades locales.

Poner a las ciudades en la agenda climática

La mayor señal de progreso es que los gobiernos locales figuran de manera destacada por primera vez en los planes climáticos de los países.

La COP30 fue un momento clave para los nuevos compromisos climáticos nacionales (conocidos como “contribuciones determinadas a nivel nacional”, o NDC, por sus siglas en inglés), que todos los países debían presentar para 2025. Muchos se presentaron en la Cumbre o en los días previos.

Las llamadas “NDC 3.0” debían ser más ambiciosas que las anteriores, acercando al mundo al objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París.

Aunque los planes en gran medida no alcanzan esta meta, la acción climática local fue un punto positivo: por primera vez, una gran mayoría de las NDC presentadas (un 80 %, según el organismo de cambio climático de la ONU, la CMNUCC) menciona a las ciudades y otros actores locales como palancas clave para la transición verde. Esto supone un cambio significativo frente a la ronda anterior, con un aumento del 19 %.

Este giro se debe en parte a una iniciativa pionera: CHAMP. La Coalición para Alianzas Multinivel de Alta Ambición, lanzada hace dos años en la COP28 en Dubái, aboga por una mejor colaboración entre los gobiernos nacionales y las ciudades, estados y regiones para impulsar la acción climática a gran escala (CHAMP está liderada por la Unidad de Apoyo de C40 Cities y el Pacto Global de Alcaldes, y WRI ha sido socio desde su lanzamiento).

Desde entonces, CHAMP ha sido respaldada por 77 países y la Unión Europea, y todos han reconocido que trabajar con los gobiernos locales es crucial para cumplir los objetivos climáticos nacionales. Esto es un impulso real, nunca visto antes.

La COP30 mantuvo el impulso. El Foro de Líderes Locales, apoyado por Bloomberg Philanthropies, se celebró justo antes de la Cumbre y reunió a cientos de líderes y lideresas nacionales y locales. De allí surgió un compromiso de más de 14.000 ciudades, municipios, estados, regiones y provincias para redoblar esfuerzos en acción climática local y en la colaboración con socios nacionales, así como un compromiso de 168 millones de dólares por parte de Bloomberg Philanthropies para apoyar la colaboración entre niveles de gobierno.

También se hizo un llamado claro a que estos actores tengan un papel más relevante en el proceso formal de la COP hacia adelante.

Simon Stiell, secretario ejecutivo de la CMNUCC, calificó la cooperación entre todos los niveles de gobierno como “crítica para la misión”, enfatizando que las ciudades, estados y regiones son el lugar donde la acción climática “puede ganarse o perderse”. Instó a todos los países a aprovechar el marco de CHAMP mientras preparan e implementan sus planes climáticos.

Brasil y Alemania han anunciado que copresidirán CHAMP, creando el primer comité directivo liderado por países. Su intención es encabezar un grupo diverso de naciones que ayuden a impulsar la iniciativa en los próximos años.

Ahora, el impulso debe pasar de la planificación climática colaborativa a la acción y el impacto reales.

Barrio Vauban, en Friburgo (Alemania)
El barrio Vauban, en Friburgo (Alemania), fue diseñado como un modelo de desarrollo urbano sostenible. Muchas ciudades de todo el mundo están abriendo camino con soluciones climáticas innovadoras. Foto: Gyuszko-Photo/Shutterstock

Qué más se ganó con la COP30

Con estos avances, el movimiento por voces urbanas más fuertes en la planificación climática nacional, así como por recursos nacionales que respalden la ambición local, se ha vuelto significativamente más sólido, organizado y práctico.

Además del progreso en CHAMP, la COP30 vio varias otras grandes iniciativas e hitos para la acción climática local:

Abordar el calor extremo y los riesgos para la salud

El calor extremo causa más de medio millón de muertes al año, y las ciudades se están calentando al doble de la tasa promedio mundial. Las soluciones urbanas basadas en la naturaleza, como árboles, parques, bosques urbanos y humedales estratégicos, son oportunidades clave para generar sombra, enfriar los barrios y crear entornos más saludables en general.

En la COP30, 185 ciudades dieron un paso adelante para combatir el calor extremo a través de la iniciativa Beat the Heat. Respaldadas por un grupo poderoso de organizaciones de apoyo y lideradas por la Presidencia de la COP30 y la Cool Coalition del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), estas ciudades están actuando frente a uno de los impactos climáticos más severos de la actualidad. WRI es uno de estos socios y se centrará en proporcionar análisis de datos sobre riesgos locales por calor y soluciones potenciales.

Además, un grupo de 35 grandes filantropías (entre ellas Wellcome Trust, Quadrature, la Fundación Rockefeller y Bloomberg Philanthropies) hizo un compromiso histórico de 300 millones de dólares para acelerar soluciones en clima y salud, en particular en países de ingresos bajos y medios. Esta es una gran oportunidad para impulsar la investigación y las soluciones sobre calor extremo, contaminación del aire y enfermedades infecciosas sensibles al clima en las ciudades.

Responder a la crisis de la vivienda

Más de 1.200 millones de personas en el mundo aún carecen de acceso a una vivienda segura y asequible. La forma en que se cubra esta necesidad tendrá impactos significativos en las personas y en el planeta. Construir cerca de los servicios y del transporte puede generar enormes beneficios para las personas y la naturaleza, aumentando el acceso a empleos y servicios y reduciendo las emisiones. Según el IPCC, los barrios más compactos por sí solos pueden reducir las emisiones urbanas en una cuarta parte.

Quienes viven en asentamientos informales también son extremadamente vulnerables al calor, las inundaciones y otras amenazas climáticas. Como apoya la nueva investigación de WRI y escribe Wanjira Mathai, directora ejecutiva de WRI África, “la crisis de la vivienda informal exige una respuesta climática”.

Este año fue la primera vez que la crisis global de la vivienda entró en la agenda de la COP. Como parte de la Cuarta Ministerial Urbana, una instancia oficial del programa de la COP, ONU-Hábitat convocó a países, ciudades y organizaciones en una de las cuatro mesas redondas oficiales para debatir sobre vivienda. Esto marca un primer paso fundamental para abordar conjuntamente los temas de vivienda y clima a escala global.

Mejorar el transporte

El transporte es el segundo sector con mayores emisiones a nivel global y uno de los más determinantes para las zonas urbanas. La infraestructura de transporte está entre las mayores inversiones que realizan las ciudades, especialmente aquellas que enfrentan un crecimiento rápido. Y el poco acceso al transporte en muchas ciudades mantiene fuera del alcance las oportunidades y los servicios para muchas personas.

Impulsados por el Gobierno de Chile, ministros de 11 países presentaron en la COP30 una histórica declaración global sobre transporte para las personas, el desarrollo y el planeta. La declaración establece un esfuerzo colectivo para alinear el sector transporte mundial con el objetivo de 1,5 °C. Hace un llamado a reducir la demanda total de energía de todo el transporte en un 25 % para 2035 y a trasladar un tercio de la energía usada en el transporte hacia biocombustibles “sostenibles” y energías renovables. Que más países se adhieran a esta meta podría establecer, por primera vez, un objetivo global claro para las emisiones del sector transporte. También crearía un punto de referencia con el cual medir el progreso de los países. Este es un gran paso hacia la incorporación de mejores metas sectoriales en las NDC, algo que WRI sigue promoviendo.

Los gobiernos locales serán socios cruciales para lograr los objetivos globales de transporte. Por ejemplo, las alianzas multinivel pueden ayudar a conectar la financiación climática nacional e internacional y acelerar las inversiones en transporte urbano sostenible, como el transporte público, la movilidad activa y la electrificación de flotas y carga.

Buses eléctricos en Santiago de Chile
Buses urbanos eléctricos cargando en Santiago de Chile. El gobierno chileno lidera un nuevo esfuerzo, lanzado en la COP30, para reducir las emisiones globales del transporte. Foto: IMF Photo/Tamara Merino/Flickr

Una antorcha amazónica

En medio de una ambición nacional rezagada, muchos salieron de la COP30 decepcionados porque los negociadores no lograron acordar planes más concretos para abandonar los combustibles fósiles y situar al mundo en una trayectoria más segura.

Sin embargo, en un momento en que el proceso de la CMNUCC está bajo presión, la creciente influencia de ciudades, estados y regiones ofrece nuevas vías para el progreso. Abrir aún más las negociaciones de la COP a los gobiernos locales puede ayudar a inspirar enfoques innovadores y conectar la acción climática de forma más directa con la vida de las personas.

Vimos este potencial en la ciudad de Belém.

Superando el escepticismo inicial sobre su capacidad para organizar un evento tan grande en una ciudad remota y (relativamente) pequeña, Belém (trabajando junto con el estado de Pará y socios del gobierno federal) demostró que era posible. El lugar también importa: la Amazonia brasileña, el bosque más importante del mundo, es también hogar de 29 ciudades, 24 millones de habitantes urbanos y 868.000 personas indígenas. Cómo proveer bienestar a la población sin destruir este hábitat crítico es un microcosmos de nuestro desafío global, con apuestas aún más altas en cuestiones de uso del suelo y otros temas de desarrollo urbano.

Belém enfrentó tropiezos importantes, desde protestas hasta escasez de vivienda e incluso un pequeño incendio. Pero la ciudad también invirtió (con considerable apoyo federal) en mejorar edificios, espacios públicos, transporte público, ciclovías y naturaleza urbana. Mostró el enorme poder y encanto de las ciudades para ayudarnos a navegar los desafíos actuales y adaptarnos a las necesidades del futuro.

En una COP centrada en la implementación, Belém fue una portadora de la antorcha adecuada para el potencial de miles de otras ciudades, estados y regiones de colaborar eficazmente con socios nacionales y liderar el camino hacia una acción climática que genere beneficios para las personas, la naturaleza y el clima.

Todavía falta camino por recorrer antes de que los gobiernos subnacionales se integren plenamente en el proceso formal de la COP. Pero ahora tenemos más piezas sobre la mesa que nunca para aprovechar esta gran oportunidad.