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Participantes en el panel "El papel de la sociedad civil en la política climática" en el foro PreCOP30: Diálogos Climáticos hacia la implementación en una nueva coyuntura. Fotografía por: Fabián Durán, WRI México

  • Francisco Barnés subraya que la sociedad civil debe proponer agendas propias y fortalecer su independencia.
  • Organizaciones coinciden en que las coaliciones multisectoriales son la base de la implementación efectiva.
  • La transición debe ser justa, basada en evidencia y con beneficios tangibles para las comunidades.

Ciudad de México, 28 de octubre de 2025.- En el marco del segundo día de la PreCOP30 “Diálogos Climáticos hacia la implementación en una nueva coyuntura”, se llevó a cabo el panel El papel de la sociedad civil en la política climática, donde representantes de organizaciones ambientales coincidieron en que las coaliciones y alianzas multisectoriales son esenciales para acelerar la transición climática y fortalecer la resiliencia del país.

El diálogo reunió a Francisco Barnés Regueiro, director ejecutivo de WRI México; Aleira Lara Galicia, directora ejecutiva de Greenpeace México; Gustavo Alanís Ortega, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA); y Luz de Lourdes Pesqueira, coordinadora senior de acción climática de WWF México, bajo la moderación de Rogelio Barrios Rosas, director ejecutivo de REACCIONA.

Un nuevo contexto para la acción climática

Durante su intervención, Francisco Barnés subrayó que la sociedad civil mexicana enfrenta un momento decisivo, en el que las capacidades institucionales del país resultan insuficientes para responder a la magnitud del reto climático. Señaló que “si en algún momento ha sido importante la sociedad civil en la historia de México, es hoy. En un contexto de capacidades institucionales debilitadas, las organizaciones que aportan evidencia, análisis y transparencia son indispensables para avanzar hacia una economía baja en carbono y resiliente”.

Barnés destacó que la colaboración entre organizaciones, academia y sector privado es clave para pasar de los compromisos a la implementación, y subrayó la necesidad de medir el progreso con nuevos indicadores, como la eficiencia energética o la intensidad de carbono, para evaluar resultados más allá de los discursos. Añadió que “la transición debe ser económicamente viable, justa e incluyente. La acción climática y el desarrollo económico no son opuestos, sino partes de un mismo proceso de transformación”.

Vigilancia ciudadana y justicia intergeneracional

Aleira Lara enfatizó que la sociedad civil no solo acompaña, también lidera, planteando agendas propias y vigilando la implementación de los compromisos públicos. “No estamos en un momento para medidas incrementales. Lo que necesitamos son transformaciones profundas que cuestionen el modelo energético y económico actual, y abran paso a una economía justa, sostenible y con visión de futuro”, afirmó. Subrayó además la importancia de colocar la justicia intergeneracional al centro de la política climática, asegurando que los jóvenes y las comunidades afectadas participen en la definición de los modelos de desarrollo que México necesita.

Gobernanza, transparencia y capacidades

En la misma línea, Gustavo Alanís señaló que para que la acción climática avance, las propuestas de la sociedad civil deben sustentarse con rigor técnico y jurídico, y acompañarse de estrategias de comunicación y formación institucional. “Hacemos análisis y recomendaciones, pero deben estar bien sustentadas para que sean tomadas en cuenta. También debemos fortalecer la comunicación y la capacitación, porque la conciencia pública y la formación institucional son claves para cumplir los compromisos”, explicó. Añadió que, sin seguimiento, monitoreo y rendición de cuentas, los compromisos corren el riesgo de quedarse en papel.

De los compromisos a la implementación

Por su parte, Luz de Lourdes Pesqueira recordó que las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) deben convertirse en herramientas de cambio tangible. “A diez años del Acuerdo de París, aún hay muchísima gente que no sabe qué es una NDC ni para qué sirve. Parte de nuestro trabajo es socializar lo que significan y cómo pueden guiar la acción de los gobiernos, las comunidades y las empresas”, señaló. Llamó a que la próxima NDC 3.0 de México incorpore metas explícitas sobre combustibles fósiles, reformas fiscales y mecanismos financieros que aceleren la transición energética.

Colaborar, proponer y liderar con independencia

En su mensaje final, Francisco Barnés reiteró que la sociedad civil no debe limitarse a acompañar la agenda gubernamental, sino también posicionar temas que aún no están en el centro de la política pública. “Nuestra responsabilidad no solo es apoyar la agenda nacional en los temas donde coincidimos, sino también colocar en la discusión aquellos asuntos que aún no están siendo atendidos. Para ello debemos perder el miedo a reconocer los avances, pero también a señalar con claridad lo que falta por hacer”, expresó.

Barnés hizo un llamado a superar la fragmentación del financiamiento que limita la capacidad de las organizaciones para generar impacto sostenido. Destacó que es necesario pasar de proyectos aislados a estrategias de largo alcance, generar consorcios que complementen capacidades y buscar financiamiento conjunto, incluso a nivel internacional. Concluyó señalando que la sociedad civil no solo acompaña, sino también lidera, articulando ciencia, política y ciudadanía para construir un futuro sostenible.

Hacia la COP30

Los panelistas coincidieron en que el fortalecimiento de la sociedad civil será determinante para cumplir los compromisos climáticos de México y garantizar su implementación efectiva rumbo a la COP30 en Belém, Brasil. Para WRI México, fortalecer la gobernanza climática significa unir ciencia, política pública y participación ciudadana para traducir los compromisos internacionales en transformaciones reales en los territorios.

Con esta participación, WRI México reafirma su compromiso con impulsar la acción climática basada en evidencia, promover la colaboración multisectorial y contribuir a que México avance hacia una transición justa, resiliente y baja en emisiones, en línea con los objetivos globales de personas, clima y naturaleza.