Foto UK-Mexico Summit
Participantes del panel "México-Reino Unido: liderando la transición energética". Fotografía por: Erika Vilchis  
  • La Cumbre México–Reino Unido reunió a líderes del sector público, privado y sociedad civil para dialogar sobre el futuro energético.
  • WRI México destacó la urgencia de una transición energética justa, centrada en el acceso equitativo a tecnologías limpias.
  • Francisco Barnés llamó a adoptar un enfoque multisectorial que combine inclusión, sostenibilidad y acción climática.

En el marco de la Cumbre México–Reino Unido para el Crecimiento y el Desarrollo Sostenible, WRI participó en el panel “México–Reino Unido: liderando la transición energética”, un espacio que reunió a voces clave del sector público, la iniciativa privada y organizaciones de la sociedad civil, para explorar las oportunidades de colaboración bilateral en la construcción de economías bajas en carbono.

El panel contó con la participación de Marcelino Madrigal, jefe de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo; Jorge Guzmán, director de Comunicación y Asuntos Externos de bp México y América Latina; Eva Escamilla, directora de Carbon Trust México; Francisco Barnés, director ejecutivo de WRI México; y Alejandro Pagés, director de Consultoría en Sustentabilidad, ASG y Economía Circular en KPMG México. La conversación fue moderada por Roberto Ríos Artigas, socio de DLA Piper y colíder regional para América Latina en asociaciones público-privadas e infraestructura. Este espacio permitió visibilizar experiencias, prioridades y propuestas concretas para acelerar la transición energética en ambos países desde una perspectiva colaborativa y multisectorial.

Durante el panel se subrayó la posición estratégica de México y América Latina como regiones clave para impulsar la transición energética global, gracias a su riqueza en recursos naturales y energéticos. Las y los panelistas coincidieron en que esta transición debe estar guiada por principios de justicia social, reconociendo que el acceso equitativo a la energía es una necesidad urgente, especialmente ante los impactos cada vez más visibles del cambio climático.

Uno de los mensajes más contundentes fue compartido por la Secretaría de Medio Ambiente de México, al advertir que por cada grado que aumente la temperatura global, el Producto Interno Bruto mundial podría disminuir hasta en un 12%. Este dato refuerza la urgencia de acelerar medidas que combinen desarrollo económico, inclusión social y sostenibilidad ambiental.

Francisco Barnes participación UK-Mexico Summit
Francisco Barnes durante su participación en el panel: Liderando la transición energética. Fotografía por: Erika Vilchis WRI México 

Desde WRI México, Francisco Barnés subrayó que los grandes desafíos de la transición energética no se limitan a la infraestructura o a las tecnologías, sino que deben centrarse en garantizar que sus beneficios lleguen a toda la población. Para lograrlo, enfatizó la importancia de impulsar la adopción de tecnologías limpias y fomentar un uso racional de los recursos, en una transición justa que contribuya tanto a la seguridad energética como a la acción climática.

Durante su participación, explicó cómo se conforma la matriz energética de México, donde el 88 % de la energía proviene aún de fuentes fósiles. Detalló que el consumo energético se concentra principalmente en tres sectores: electricidad y transporte, con aproximadamente 30 % cada uno, y el propio sector energético nacional con 22 %. Solo el 9 % se cubre con fuentes limpias o mediante el uso de leña, esta última con graves implicaciones para la salud pública.

Barnés también señaló que uno de los principales retos del sistema energético nacional es la alta dependencia del gas natural, un combustible que actualmente cubre cerca del 50 % de las necesidades energéticas del país, especialmente en la generación de electricidad y en la industria. Este tema fue abordado en otros espacios de la UK–Mexico Summit 2025, donde se destacó que, aunque el gas natural sustituyó al combustóleo reduciendo emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes climáticos de vida corta, su uso plantea desafíos de seguridad energética y sostenibilidad a largo plazo.