A pesar de algunos avances, los nuevos planes climáticos de los países siguen siendo en gran medida insuficientes
Seguimiento a las NDC
Los países se encuentran actualmente en el proceso de presentar sus nuevas NDC. Este análisis incorpora las NDC presentadas hasta el 9 de noviembre de 2025. Consulta el NDC Tracker de Climate Watch para explorar las más recientes.
El año 2025 marca un momento decisivo para la acción climática. Los países están presentando nuevos compromisos climáticos nacionales, conocidos como “contribuciones determinadas a nivel nacional” o “NDC” por sus siglas en inglés, que definirán la trayectoria del progreso climático global hasta 2035.
Estos nuevos compromisos mostrarán cuán decididos están los países a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), transformar sus economías, y fortalecer su resiliencia frente a amenazas crecientes como los fenómenos meteorológicos extremos, los incendios forestales y las inundaciones. En conjunto, determinarán hasta qué punto el mundo avanzará para limitar el aumento de la temperatura global y evitar los peores impactos del cambio climático.
Más de 100 países, que representan más del 70 % de las emisiones mundiales, ya han presentado nuevas NDC. Se espera que el resto se presente durante la cumbre climática de la ONU (COP30) en noviembre. Estos compromisos representan una mejora con respecto a los compromisos anteriores y muchos países más pequeños y en desarrollo están liderando el camino con objetivos más ambiciosos. Sin embargo, la ambición colectiva sigue siendo insuficiente para mantener al mundo dentro de los umbrales críticos de calentamiento, según nuestro propio análisis y un reciente Informe de Síntesis de las NDC de las Naciones Unidas.
Analizamos las NDC presentadas hasta ahora para ofrecer una visión general de cómo se están configurando los planes climáticos de los países y qué revelan sobre el camino que tenemos por delante.
¿Cuántos países han presentado nuevas NDC?
Según el Acuerdo de París, las NDC de 2025 debían presentarse oficialmente en febrero. Al 9 de noviembre, 108 países (incluida la Unión Europea y sus 27 estados miembros), que representan el 71 % de las emisiones mundiales, las han presentado.
Sobre las NDC de 2025
Las NDC son fundamentales para frenar el cambio climático. Establecen cómo cada país contribuirá a los objetivos globales definidos en el Acuerdo de París, incluida la reducción de emisiones necesaria para mantener el aumento de la temperatura por debajo de 1,5° C – 2° C. El 2025 marca la tercera ronda de NDC desde la creación del tratado en 2015, con países que fijan metas climáticas hasta 2035. Se espera que estos planes reflejen los resultados del Balance Global de 2023, la primera revisión completa del progreso climático mundial, que hizo un llamado a realizar recortes más profundos de emisiones y acelerar la acción en combustibles fósiles, energías renovables, transporte, bosques, así como en adaptación y resiliencia. Conoce más aquí.
Entre los países del G20, los mayores emisores de GEI del mundo, doce han presentado nuevas NDC: Australia, Brasil, Canadá, China, Unión Europea, Indonesia, Japón, Rusia, Turquía, Sudáfrica, el Reino Unido y Estados Unidos (este último ha anunciado su intención de retirarse del Acuerdo de París a partir de enero de 2026, aunque su NDC sigue registrada oficialmente ante la CMNUCC).
Muchos otros países pequeños y en desarrollo también han dado el paso adelante. Se espera que la mayoría de los países restantes presenten sus nuevas NDC durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP30) en noviembre.
¿Cuánto se ha reducido la brecha de emisiones con las NDC de 2025?
En comparación con las anteriores metas de 2030, las NDC presentadas hasta ahora solo han logrado una reducción modesta en la brecha de emisiones para 2035: la diferencia entre el nivel de emisiones necesario para alinearse con el límite de 1,5 °C y el nivel esperado bajo los planes climáticos actuales de los países.
Si se implementan completamente, las nuevas "NDC incondicionales" (aquellas que no requieren apoyo internacional) proyectan una reducción adicional de 3,2 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e) para 2035, en comparación con 2030. Esto dejaría una brecha de emisiones de 28 GtCO2e para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Cuando se incluyen las "NDC condicionales" (las que sí requieren apoyo internacional), las reducciones proyectadas aumentan a 3,8 GtCO2e, lo que dejaría una brecha de 24,4 GtCO2e.
En otras palabras, las NDC presentadas hasta ahora logran menos del 14 % de las reducciones adicionales de emisiones necesarias para 2035 a fin de cerrar la brecha y mantener el calentamiento en 1,5 °C.
¿Hacia qué nivel de calentamiento nos encaminan las nuevas NDC?
El año pasado, las proyecciones globales estimaban que, si los países cumplían sus NDC, el mundo se encaminaba a un calentamiento de entre 2,6 y 2,8 grados C (4,7–5 grados F) para finales de siglo. Según el Informe sobre la Brecha de Emisiones de la ONU de este año, las nuevas NDC han mejorado ligeramente ese panorama: si los países implementan plenamente sus compromisos actuales, el calentamiento podría limitarse a 2,3–2,5 grados C (4,1–4,5 grados F) para 2100. Esto sigue estando muy por encima del objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 1,5–2 grados C.
Estas proyecciones también asumen que los países cuentan con las políticas y la financiación necesarias para convertir sus promesas en acción. Bajo las leyes y medidas ya vigentes, el mundo aún se dirige hacia un catastrófico calentamiento de 2,8 grados C (5 grados F), niveles que provocarían daños generalizados en los ecosistemas; tormentas, incendios, inundaciones y olas de calor más extremas; y mayores riesgos para la seguridad alimentaria e hídrica en todo el mundo.
¿Cómo se comparan los planes climáticos de los distintos países?
Entre los países que han presentado nuevas NDC hasta ahora, el destaca por su ambicioso objetivo de reducir las emisiones un 81% respecto a los niveles de 1990 para 2035. Este rápido descenso durante la próxima década pondría al país en el camino hacia la neutralidad en emisiones netas para 2050, en tasas realistas de adopción tecnológica y en cambios ambiciosos, pero alcanzables, en los hábitos de consumo y en el comportamiento empresarial.
La Unión Europea busca reducir sus emisiones entre un 66,25% y un 72,5% con respecto a los niveles de 1990 para 2035. Lograr el extremo superior del rango (72,5%) es crucial para mantenerse en una trayectoria compatible con 1,5 grados C, según el análisis de WRI. Esto también facilitaría una transición más fluida y realista hacia los objetivos del Consejo de la UE de reducir las emisiones en un 90% para 2040 y alcanzar cero emisiones netas para 2050. En cambio, reducir solo un 66,25% para 2035 obligaría a la UE a realizar recortes muy pronunciados y difíciles en los últimos cinco años antes de 2040.
China se comprometió a reducir sus emisiones entre un 7% y un 10% por debajo de su nivel máximo para 2035. Esta es la primera vez que el país establece una meta absoluta a nivel de toda la economía que cubre todos los gases de efecto invernadero, lo que marca claramente el inicio de una reducción de emisiones después de su pico. El país también anunció varios compromisos sectoriales para apoyar esta transición. Las tendencias actuales sugieren que China podría incluso superar su meta para 2035, dado el rápido despliegue de tecnologías limpias. El país ya registró una disminución interanual de alrededor del 1% en sus emisiones durante la primera mitad de 2025, y análisis recientes indican que sus emisiones de CO2 se han mantenido estables o han disminuido durante los últimos 18 meses. Además, las energías renovables, las baterías y los vehículos eléctricos ya representan aproximadamente una cuarta parte del crecimiento económico de China.
La NDC de Indonesia establece que las emisiones alcanzarán su punto máximo en 2030 y luego disminuirán a 1,26–1,49 GtCO2e para 2035, dependiendo del crecimiento económico y del apoyo internacional. Aunque esto representa un avance, ambos escenarios muestran reducciones de emisiones relativamente lentas durante la próxima década. Como resultado, Indonesia tendría que realizar recortes mucho más rápidos y pronunciados después de 2035 para lograr su meta de cero emisiones netas para 2060 o antes.
Otros países, como Japón y Estados Unidos, han optado por un enfoque “lineal” hacia la neutralidad. Esto significa que, si trazaran una línea recta hasta su meta de cero emisiones netas (por ejemplo, 0 GtCO2e en 2050), sus objetivos de 2030 y 2035 se ubicarían sobre esa línea, reflejando una reducción constante de emisiones cada año. Japón busca reducir sus emisiones un 60 % respecto a los niveles de 2013 para 2035, mientras que Estados Unidos se ha comprometido a una reducción entre el 61% y el 66 % frente a los niveles de 2005 para 2035. Este enfoque lineal, en comparación con reducciones más pronunciadas en los primeros años, aún puede alcanzar la neutralidad a mitad de siglo, pero corre el riesgo de comprometer los objetivos globales de temperatura al consumir antes una mayor parte del presupuesto mundial de carbono.
A pesar de la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París y de la reversión de varias políticas climáticas federales, su NDC aún podría orientar la acción climática a nivel estatal, municipal y local. Muchas de estas entidades ya han manifestado su apoyo a la nueva NDC y están comprometidas a avanzar hacia el cumplimiento de sus metas.
Canadá realizó solo un aumento marginal de su objetivo, pasando de una reducción del 40 % - 45 % para 2030 a 45 % - 50 % para 2035 respecto a los niveles de 2005. Esto está por debajo de la recomendación del Consejo Asesor de Neutralidad de Carbono de Canadá, que pedía una reducción del 50 % - 55 % para 2035, advirtiendo que cualquier meta inferior al 50 % podría poner en riesgo el cumplimiento del objetivo legal de neutralidad para 2050. Canadá también está trabajando para reducir las emisiones de metano en más del 35 % para 2030, incluyendo una reducción del 75 % en el sector de petróleo y gas respecto a los niveles de 2012.
Metas de reducción de emisiones presentadas hasta ahora por los principales emisores:
| País | Anterior meta de reducción de emisiones para 2030 | Nueva meta de reducción de emisiones para 2035 | Año meta de emisiones netas cero |
|---|---|---|---|
| Australia | 43 % respecto a los niveles de 2005 | 62 % – 70 % respecto a los niveles de 2005 | 2050 |
| Brasil | 53,1 % respecto a los niveles de 2005 | 59 % – 67 % respecto a los niveles de 2005 | 2050 |
| Canadá | 40 % – 45 % respecto a los niveles de 2005 | 45 %–50 % respecto a los niveles de 2005 | 2050 |
| China | Más del 65 % de reducción en la intensidad de carbono respecto a 2005 | 7 % – 10 % respecto al pico de emisiones | 2060 |
| Unión Europea | 55 % respecto a los niveles de 1990 | 66,25 % – 72,5 % respecto a los niveles de 1990 | 2050 |
| Indonesia | 31,89% (incondicional) y 43,2% (condicional) por debajo del escenario tendencial (BAU) para 2030 | Alcanzar entre 1.258 y 1.489 MtCO2e | 2060 |
| Japón | 46 % respecto a los niveles de 2013 | 60 % respecto a los niveles de 2013 | 2050 |
| Mexico* | 35% (incondicional) y 40% (condicional) por debajo del escenario tendencial (BAU) | 364–404 MtCO2e (incondicional) y 332–363 MtCO2e (condicional) | 2050 |
| Federación Rusa | 70 % respecto a los niveles de 1990 | 65 % – 67 % respecto a los niveles de 1990 | 2060 |
| Sudáfrica | 350 - 420 MtCO2e | 320 - 380 MtCO2e | 2050 |
| Corea del Sur* | 40 % por debajo de los niveles de 2018 para 2030 | 53 % – 61 % con respecto a los niveles de 2018 | 2050 |
| Turquía* | 41 % por debajo del escenario tendencial (BAU) | Alcanzar 643 MtCO2e | 2053 |
| Reino Unido | 68 % respecto a los niveles de 1990 | 81 % respecto a los niveles de 1990 | 2050 |
| Estados Unidos | 50 % – 52 % respecto a los niveles de 2005 | 61 % – 66 % respecto a los niveles de 2005 | 2050 |
* México y Corea del Sur anunciaron metas generales de reducción de emisiones para 2035, pero aún no habían presentado oficialmente sus NDC al 9 de noviembre.
¿Cómo están abordando los países con altas emisiones sectores clave como la energía, los bosques y el transporte?
Establecer metas y medidas específicas para los sectores altamente emisores, como la energía, los bosques y el transporte, es fundamental para impulsar el progreso en el terreno. Esto envía una señal clara a los actores de gobierno, la industria y las finanzas sobre dónde se requiere mayor acción e inversión para cumplir los objetivos climáticos. Estas medidas son especialmente importantes en los países del G20, que tienen la capacidad de influir en las cadenas de suministro globales, establecer estándares y dirigir grandes volúmenes de capital público y privado hacia soluciones bajas en carbono.
A medida que más países del G20 presentan sus nuevas NDC, va tomando forma una visión más clara de cómo están incorporando la acción sectorial específica dentro de sus compromisos climáticos.
Energía
Solo unos pocos países del G20 han establecido metas claras de generación eléctrica renovable. El Reino Unido, por ejemplo, se comprometió a alcanzar al menos un 95 % de electricidad limpia para 2030. Australia se comprometió a alcanzar un 82 % de energías renovables para ese mismo año. La Unión Europea (UE) busca cubrir al menos el 42,5 % de su consumo total de energía con fuentes renovables para 2030, con una meta aspiracional del 45 %. Por su parte, China se comprometió a que, para 2035, aumentará la participación de los combustibles no fósiles en el consumo energético nacional a más del 30 % y multiplicará por seis la capacidad de energía eólica y solar respecto a los niveles de 2020. Sudáfrica ha establecido el objetivo de instalar 44 GW de nueva capacidad de energías renovables para 2035. Otros países, como Canadá, Brasil, Turquía y Rusia, han manifestado su intención de ampliar la energía limpia, pero sin definir objetivos cuantificados.
Mientras tanto, el avance hacia la eliminación de los combustibles fósiles sigue siendo desigual. El Reino Unido ya ha eliminado el uso de carbón en la generación eléctrica y se ha comprometido a consultar sobre el fin de nuevas licencias de exploración de petróleo y gas. Canadá y Australia están trabajando para poner fin a la generación eléctrica a carbón para 2030 y 2040, respectivamente. La UE busca que su sector energético esté en gran medida descarbonizado en la década de 2030, sin espacio para nuevas plantas de carbón. Rusia ha posicionado al gas natural como combustible de transición, mientras que Brasil promueve la sustitución de los combustibles fósiles impulsando los “combustibles sostenibles” y la electrificación.
Sin embargo, esto no es suficiente: gran parte del enfoque sigue centrada en la eliminación del carbón, especialmente en las economías desarrolladas, mientras que el petróleo y el gas reciben menos atención. Sin rutas de reducción claras y con plazos definidos para todos los combustibles fósiles, el crecimiento de la energía limpia por sí solo podría no reducir las emisiones absolutas lo suficientemente rápido como para alinearse con los objetivos del Acuerdo de París.
Transporte
Solo tres países del G20 incluyen metas claras para vehículos de cero emisiones en sus NDC. El Reino Unido ha adoptado un mandato que exige que el 80 % de los nuevos automóviles y el 70 % de las nuevas furgonetas sean de cero emisiones para 2030, alcanzando el 100 % en 2035. La Norma de disponibilidad de vehículos eléctricos de Canadá requiere que el 100 % de las ventas de vehículos sean de cero emisiones para 2035. La UE estableció la meta de que todos los autos, furgonetas y buses urbanos nuevos sean de cero emisiones para 2035.
Mientras tanto, la Norma de Eficiencia de Vehículos Nuevos de Australia de 2024 introduce límites de emisiones decrecientes para los vehículos nuevos a partir de 2025, con el objetivo de reducir la intensidad de emisiones en alrededor del 60 % para los vehículos particulares y a la mitad para los vehículos comerciales ligeros para 2030. Y la NDC de China prevé que los vehículos eléctricos dominen las ventas de vehículos nuevos para 2035.
Bosques
La mayoría de los miembros del G20 incluyen medidas de uso del suelo y silvicultura en sus NDC, aunque el alcance y la especificidad de esos compromisos varían ampliamente.
Algunos establecen metas cuantitativas de restauración y de aumento de sumideros de carbono. Por ejemplo, Brasil se ha comprometido a eliminar la deforestación ilegal y ampliar las iniciativas de restauración, con metas para recuperar millones de hectáreas de bosque en las próximas décadas. Canadá y Estados Unidos se han comprometido a proteger y conservar el 30 % de su territorio terrestre y marino para 2030. La Estrategia para la naturaleza 2024 - 2030 de Australia busca detener y revertir la pérdida de biodiversidad para ese mismo año. China se ha comprometido a expandir significativamente sus bosques para 2035, e Indonesia busca restaurar dos millones de hectáreas de turberas y rehabilitar 8,3 millones de hectáreas de tierras degradadas para 2030.
Países como Turquía y Rusia han hecho compromisos de conservación más amplios, pero sin metas cuantificadas. Solo dos países del G20, Japón y Sudáfrica, no incluyen ningún objetivo o medida específica relacionada con la silvicultura en sus NDC.
¿Qué otras tendencias están surgiendo entre las NDC presentadas hasta ahora?
Entre las nuevas NDC comienzan a surgir varias tendencias. Si bien las NDC presentadas hasta ahora ofrecen información valiosa, aún no reflejan el panorama completo. Será necesario realizar un análisis más profundo una vez todas las NDC hayan sido presentadas.
1. Casi todas las nuevas NDC incluyen medidas de mitigación para 2035 y muchas de ellas establecen metas de reducción de emisiones a nivel de toda la economía
Casi todas las 108 NDC presentadas hasta ahora (con excepción de Niue, Venezuela y Zambia) incluyen nuevas medidas de mitigación hasta 2035.
La mayoría (102 países) expresan sus metas para 2035 como objetivos de reducción de emisiones. Las excepciones son Cuba, Bolivia y Nicaragua, que en su lugar incluyeron medidas de mitigación sectoriales. Por ejemplo, Cuba se comprometió a aumentar la generación eléctrica renovable y mejorar la eficiencia energética para 2035.
Setenta y un países con metas de reducción de emisiones establecieron objetivos a nivel de toda la economía, que abarcan todos los sectores y gases de efecto invernadero, tal como lo alentó el Balance Global de 2023. Es particularmente destacable que la nueva NDC de China cubra por primera vez todos los sectores y GEI. Se trata de un paso importante, ya que las NDC anteriores de China solo incluían CO2, aunque las emisiones no relacionadas con CO2 del país por sí solas lo ubican entre los diez mayores emisores del mundo.
De acuerdo con el Acuerdo de París, los países desarrollados están obligados a presentar metas a nivel de toda la economía, mientras que a los países en desarrollo se les alienta a avanzar progresivamente hacia ellas.
2. La mayoría de los países no fortalecieron sus metas para 2030
A pesar de la clara evidencia científica y de las decisiones de la ONU que instan a fortalecer las metas para 2030, solo 15 países (14 %) de los 108 que han presentado nuevas NDC han reforzado sus compromisos de reducción de emisiones para ese año. Entre ellos se encuentran Etiopía, Santa Lucía, Nepal, Moldavia, Jamaica y Montenegro, entre otros. Por ejemplo, Montenegro revisó su meta de reducción de emisiones para 2030, pasando del 35 % al 55 %, y fijó un nuevo objetivo del 60 % para 2035, en comparación con los niveles de 1990.
Cabe destacar que ninguno de los países más ricos, con mayores emisiones y más desarrollados, ha fortalecido sus metas para 2030, a pesar de contar con la mayor capacidad y responsabilidad para liderar la reducción de emisiones.
3. La mayoría de los países han fortalecido sus medidas de adaptación
Ante el empeoramiento de los impactos del cambio climático, 61 de los 108 países han establecido compromisos de adaptación más sólidos en sus nuevas NDC, continuando con una tendencia observada en rondas anteriores. Muchos de estos países están priorizando la adaptación en sectores como los sistemas alimentarios y hídricos, la salud pública y las soluciones basadas en la naturaleza.
Por ejemplo, Ecuador, que es particularmente vulnerable a las lluvias intensas y las inundaciones, priorizó acciones para fortalecer la resiliencia de sus recursos hídricos, la salud humana, los asentamientos y su patrimonio natural. Por su parte, Canadá, que ha enfrentado devastadores incendios forestales en los últimos años, destacó su Estrategia nacional de adaptación, que ofrece un marco para la resiliencia ante desastres, la biodiversidad, la salud pública y la infraestructura.
4. Los países en desarrollo continúan liderando la presentación de sus necesidades de financiamiento en sus NDC
Entre los 108 países que han presentado nuevas NDC, 41 países en desarrollo han reportado requerimientos financieros específicos para implementar sus planes, que en conjunto ascienden a 2,8 billones de dólares hasta ahora. Esto continúa una tendencia observada en rondas anteriores, en las que la gran mayoría de las necesidades de financiamiento reportadas provienen de países en desarrollo.
Diez países, entre ellos Ecuador, Barbados, Tailandia y Tonga, informaron por primera vez sobre sus necesidades financieras en 2025, mientras que 11 aumentaron sus estimaciones en comparación con sus NDC anteriores. Los mayores incrementos provinieron de Angola, cuyas necesidades pasaron de 44.000 millones a 412.000 millones de dólares (alrededor del 89 % condicionado al apoyo internacional), y de Pakistán, cuyos requerimientos aumentaron de 241.000 millones a 565.000 millones de dólares.
Estas cifras ponen de relieve la necesidad urgente de contar con financiamiento ampliado y predecible para apoyar los objetivos climáticos de los países en desarrollo. Al mismo tiempo, es probable que las necesidades totales de financiamiento estén subestimadas, dado que solo alrededor de la mitad de los 61 países incluyeron datos de costos. Esto subraya la importancia de una mayor transparencia y apoyo en la planificación del financiamiento climático.
5. Cada vez más países están incorporando el concepto de “transición justa” en sus NDC
En comparación con rondas anteriores, más países mencionaron explícitamente la “transición justa” en sus NDC. Hasta ahora, noventa y dos (80 %) de las NDC presentadas incluyen este concepto, que busca garantizar una acción equitativa e inclusiva hacia sociedades bajas en carbono y resilientes al clima. De manera crucial, los países están yendo más allá de una simple mención y están ampliando la información sobre esfuerzos concretos de transición justa que ya están en marcha o planificados. Muchos, como Colombia, Sri Lanka, Esuatini y el Reino Unido, dedican secciones completas de sus nuevas NDC a este concepto.
Los países también están definiendo con mayor claridad qué significa la “transición justa” y especificando en qué ámbitos es más relevante para su acción climática nacional. Por ejemplo, Bangladés, Kirguistán y Mauricio mencionan el desarrollo de políticas, marcos y comisiones para avanzar en sus acciones nacionales de transición justa. Brasil e Indonesia hacen referencia explícita al trabajo decente y a los empleos de calidad. Países como Moldavia, Azerbaiyán y los Emiratos Árabes Unidos destacan la importancia de las competencias y la formación para apoyar a trabajadores y jóvenes. Aunque el sector energético sigue siendo el principal foco de las discusiones sobre transición justa, algunos países también incluyen otros ámbitos, como el agua, la agricultura, los residuos y la adaptación al cambio climático.
6. Los países están reconociendo la importancia de la acción subnacional
Algunas NDC también reconocen el papel fundamental que los actores subnacionales, como las ciudades, estados, departamentos y regiones, juegan en la definición e implementación de la acción climática. Según ONU-Hábitat, el número de NDC evaluadas con un contenido urbano sólido y orientado a la acción casi se ha duplicado desde el ciclo anterior, lo que refleja un cambio claro hacia el reconocimiento del papel de las ciudades en la mitigación y la adaptación.
Más de 50 de las nuevas NDC presentadas provienen de países que han respaldado la Coalición para las Asociaciones Multinivel de Gran Ambición (CHAMP, por sus siglas en inglés), una iniciativa que busca fortalecer la colaboración entre los gobiernos nacionales y subnacionales en la planificación e implementación climática. Como parte de este compromiso, 77 países y la Unión Europea se comprometieron a consultar e incorporar las prioridades y necesidades subnacionales en sus NDC.
Por ejemplo, Brasil destaca un instrumento denominado “federalismo climático”, diseñado para integrar la acción climática en la planificación y la toma de decisiones en todos los niveles de gobierno. De manera similar, Colombia reconoce en su NDC el papel de los gobiernos subnacionales en la planificación e implementación de medidas tanto de mitigación como de adaptación al cambio climático.
¿Qué sigue para las NDC?
Aunque algunos países aún no han presentado sus compromisos, la conclusión ya es clara: las nuevas NDC no pondrán al mundo en la senda necesaria para limitar el calentamiento a 1,5 °C.
La gran pregunta ahora es cómo responderán los países en la COP30 para reducir esa brecha. Deberán definir qué viene después de las NDC, enfrentando el reto de convertir la ambición en acción y mantener un futuro más seguro al alcance.
En última instancia, presentar planes sólidos y cumplirlos es un factor determinante, no solo para limitar el calentamiento, sino también para proteger la salud, la prosperidad y la seguridad de las generaciones presentes y futuras.
Nota del editor: este artículo se publicó originalmente el 2 de noviembre de 2025, y fue actualizado el 14 de noviembre con el análisis de las nuevas NDC presentadas hasta el 9 de noviembre. La versión en inglés de este artículo se puede consultar en WRI.org.